Esperaban anuncios. Miles de argentinos colmaron la plaza de Mayo para escucharla. La vicepresidenta, Cristina Fernández, sería la única oradora del acto por el vigésimo aniversario de la llegada de Néstor Kirchner a la Casa Rosada. Pero todos estaban seguros de que se trataba de una excusa. Esperaban anuncios. Los más tercos; aquellos que están empecinados en no creerle, querían que la ex mandataria anunciara que se postularía en pos de su tercera presidencia. De hecho, su uso de la palabra fue interrumpido varias veces por cánticos que le exigían que acepte ese clamor. Otros, ya resignados a que su lideresa no será candidata, querían que anunciara su bendecido. Esperaban anuncios. Pero ella nada anunció.

Recordó la gestión de su esposo -y las de ella- en el Gobierno. Lo hizo en tono de comparación. Y en ese sentido, la administración del ex presidente Mauricio Macri no se salvó de las críticas.

“Ese país que recibió aquel presidente patagónico de apenas un 22% de los votos venía de una gran crisis en 2001. Cuando él llegó, el Estado era chiquito, pero la deuda externa que le habían dejado era así de grande”, indicó.

Más adelante salpimentó su discurso y se vanaglorió, con un lenguaje de marcada impronta popular. “Fuimos los ‘kukas’ los que pagamos los depósitos con el Boden 12, ese bono que se le entregó a cada uno de aquellos que cuando fueron a buscar los dólares y los pesos a los bancos no se los dieron. Esos dólares y esos pesos que se les quedaron los genios de las finanzas, los pagaron los ‘kukas’, Néstor y Cristina. Anoten, genios de la economía, se los ‘garpamos’ nosotros, los ‘kukas’, los ‘perucas’”, dijo, ya casi a los gritos para que se oigan sus palabras por sobre los vítores de la muchedumbre.

La ex presidenta recordó, también, el pago al Fondo Monetario Internacional (FMI) durante el Gobierno de Kirchner. “Cuando Néstor llegó al Gobierno se dio con la deuda soberana defaulteada más grande la historia: el 150% del PBI. Y la reestructuró, logrando la quita de capital y de intereses más importante de la que se tenga memoria. Y no se quedó ahí: decidió pagar al contado, ‘taka taka’, la deuda con el FMI”, afirmó.

En un tramo de su discurso también subrayó que cuando Kirchner había asumido el PBI alcanzaba los U$S 164.000 millones, e indicó cuánto había crecido luego de las tres gestiones “K”. “Cuando su compañera entregó el Gobierno, el 10 de diciembre de 2015 el PBI era de U$S 647.000 millones”, dijo.

La cifra le sirvió para criticar la gestión macrista. “Cuando volvimos, en 2019, recibimos la Argentina nuevamente endeudada: en 2016 y en 2017 fue el país que más deuda en dólares tomó en el mundo. (A Macri) le dieron para que pudiera ganar las elecciones U$S 57.000 millones, un préstamo inédito, insólito; le liquidaron U$S 45.000 millones y ni así pudieron ganar. Y el 10 diciembre de 2019 el PBI llegaba a U$S 447.000 millones; U$S 200.000 millones menos que lo que recibieron, y U$S 120.000 millones de deuda. Eso hicieron en cuatro años los que hoy dicen que quieren volver a conducir el país”.

Y sin desdecirse respecto de sus cuestionamientos al actual presidente, Alberto Fernández, defendió su gestión, en comparación con la de su predecesor. “Quiero ser absolutamente sincera y decir las cosas de frente. Todos saben las diferencias que he tenido y que tengo; no es necesario explicitarlas. Pero a pesar de los errores y de las diferencias este Gobierno es infinitamente mejor de lo que hubiera sido otro de Macri, no tengo dudas”, dijo.

Convocatoria

Cerró su discurso con un llamado no a los partidos políticos, sino a los ciudadanos. Planteó que el país necesita un acuerdo de algunos ejes políticos -desarrolló cinco-, sobre el cual estructurar un programa de Gobierno.

Primeramente, arremetió contra el FMI. “Si los argentinos no logramos que el FMI deje de lado ese programa que impone a sus deudores, y nos permita elaborar un programa propio de crecimiento, de industrialización, de innovación tecnológica, será imposible pagar. Es imprescindible la unidad nacional ante esto. Fue un préstamo político, y política debe ser la solución”, pidió.

En línea con lo anterior, propuso que se avance hacia la interacción del Estado con las empresas. “Debemos abrir la cabeza y mirar cómo otras economías -en especial, las asiáticas; y no solo China- articulan una alianza entre lo público y lo privado. Tenemos recursos estratégicos extraordinarios; debemos tener una mirada estratégica. Que vengan a explotar el litio; pero no te digo el auto entero, pero una parte de la batería o la batería entera hacela acá; si te la estás llevando toda. Cuando escucho dirigentes que se ponen contentos porque Bolivia y Chile dictan leyes (proteccionistas), y entonces las empresas vendrán aquí por el litio... ¡qué vocación de colonia! ¡Pónganse en la cabeza ser Malasia o Corea, no Potosí!”, criticó.

Luego, sin mencionarlo, aludió al intento de magnicidio del que fue víctima el 1 de septiembre del año pasado. “Debemos renovar el pacto democrático. El 30 de octubre de 1983, un argentino que no era de mi partido (Raúl Alfonsín) había ganado las elecciones afirmando ser la vida y la paz. Miles reclamaban un país diferente, donde quedaba erradicado quitarle la vida al que no pensaba igual. Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho ‘hay que acabar con el kirchnerismo’... ¡por favor! Si con ganarle alcanza, ¿por qué debemos llegar al exterminio del otro? No puede haber un argentino de bien que no se oponga a esta práctica horrible”, afirmó.

Luego, embistió contra la Justicia. En particular, contra la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “Es necesario volver a darle al país un Poder Judicial que se evaporó entre las tramoyas de una camarilla indigna para la historia de la Argentina. Esta Corte es un verdadero mamarracho, indigno. Con todos los defectos y errores que pueden tener quienes forman parte de los Poderes Ejecutivo y Legislativo, la sociedad tiene frente a estos una garantía inamovible: el voto. Debemos repensar el diseño institucional argentino; no podemos seguir con esta rémora monárquica que no rinde cuenta”, arremetió.

Por último, exigió que se investigue la deuda externa de la Argentina. “Hace pocos días conocimos un informe de un organismo constitucional sobre el préstamo del FMI. Investiguemos la deuda y sus responsables. Es hora de que las instituciones no estén para cuidar sus propios intereses y los de los poderosos, sino los de todos los argentinos”, cerró.